Sembrar valores, educar para la vida.
Una trayectoria de trabajo comprometida con el ejercicio pleno de educar para la paz y el cuidado de la vida en todas sus manifestaciones.
Una Escuela buscadora inquieta de nuevos y diversos modos de enseñar y aprender, que se crea y recrea con cada desafío; que asume la responsabilidad de mirarse a sí misma.
Una propuesta que invita a la diversidad y promueve el consenso. Aulas abiertas al diálogo y a la controversia del conocimiento, que estimulan el pensamiento crítico y el amor por el saber.
Una Escuela creativa, artesana, lúdica, integrada e integral, que tiende puentes dentro de la comunidad educativa y con el medio que la rodea.
Una alternativa ecológica que recupera la cosmovisión andina y valora el conocimiento ancestral de esos sabios pobladores; que siembra y cultiva mientras aprende de la fragilidad de la vida y también de su fuerza.
Un Sol y una Luna que, desde su logo, iluminan sus días y sus noches. Polaridades que funcionando alternada y armónicamente nos permiten realizarnos en el mundo y conocernos a nosotros mismos.
Una comunidad de anhelos, sueños y utopías que crece a la luz de sus convicciones.